sábado, 30 de junio de 2012

merienda de amigas

Después del remo, me encontré a la vuelta del Tigre, en un bar en Florida, con 2 amigas. A una de ellas, la que está de pie en la foto,  no la veía desde hace más de 10 años. Y en el último encuentro de ex alumnas nos volvimos a ver. Fué una alegría reencontrarla, ya que fuimos compañeras de banco. Las dos fueron mis compañeras de banco en la secundaria. Muchos recuerdos mezclados con las cosas de la vida, que nos fueron pasando, las pérdidas y ganancias, como decía en el otro post. Al final de la secundaria pensé que la vida era física, y seguí física, después de tanto usar la lógica para todo, pensé que era matemática, pero a veces la lógica falla cuando se mete en la realidad y los sentimientos,  y ahora, por las conversaciones de ayer, pienso que es contabilidad, porque es un conjunto de pérdidas y ganancias. No creo que siga económicas... Pero sí, todo llega a un equilibrio, se va compensando lo que sale con lo que ingresa. 

Hubo algunos recuerdos de la escuela que no me hicieron bien, pero pienso que recién ahora puedo hablar de cosas de las que no hablaba en ese momento. No paro de crecer, es increíble los años que tienen que pasar para vernos crecer. Las 3 crecimos, y podemos también dejar atrás algunos momentos que nos hicieron sufrir, pero no olvidarlos. La pasamos muy bien, teníamos ganas de juntarnos, y pienso que se va a repetir. Les decía a las chicas que en la reunión del otro día parecía que si bien éramos personas muy diferentes, y lo fuimos siempre, sentí que pertenecíamos a una familia. Es cierto, pasamos tantos años juntas, que después de tanto tiempo es como si nos hubiésemos visto ayer, solo que ahora todo parece más fácil.


remo: necesidad vital

Nuevamente una remada de 3hs, que me doy cuenta de que no me alcanzan ya que vuelvo apuradísima, después de tratar de alcanzar objetivos incumplidos, ya que nunca puedo llegar en ese tiempo a los lugares que veo en el mapa. El camino de hoy fué más o menos el habitual, como estuvo muy feo el clima y pensaba que iba a llover, la idea inicial era remar hora y media, asi que fuí prudentemente por el Gambado hasta el Rompani, y de ahi tomé el Abra Vieja.  La idea era ir al Arroyo Gutierrez y de ahi tomar el canal de vinculación, pero no me dió el tiempo, Como algunos ya me saludan de verme pasar otras veces, paré a comer mi sandwich y banana en un arroyo que corta el Abra Vieja, y saludé a un señor que tiene en su casa una plantación interesante de pomelos. Le pregunté si pensaba que iba a llover, y me dijo que no, ya que había mucho viento, asi que confiada en la palabra de un habitante de las islas, seguí remando las 3hs. Tuvo razón, no llovió.  Llegué por el Abra Vieja un poquito antes del Gutierrez, al arroyo Kennedy, que ni figura en los mapas. Es justo donde esta el colegio, que la otra vez ya mostré. 
Me di cuenta que esta semana, y cada vez más , mi rato de remo es fundamental, es mi gran momento de la semana, donde me olvido de todo y solo pienso que voy avanzando con el bote hacia donde pueda llegar, y el paisaje del delta es lo más importante y lo que más disfruto. Esta semana me agoté completamente por algunos temas de enfermedad del abuelo de J, que fué internado el jueves, y estuve con todo ese trajinar, y al parecer ya le dan el alta el lunes. Estoy bastante cansada y pensé toda la semana en que llegara el momento de remar, y empiezo la semana siguiente pensando en el día de remo, pienso que ya es parte de mi vida. No me canso de agradecer el momento en que conocí a  a mi actual médica, que me ayudó con la lógica que otros no tuvieron anteriormente, me sacaron el útero y terminé con las pérdidas y la anemia que no me dejaban avanzar,  y pude comenzar con las ganancias. El remo es una de ellas. Adelante! Bote! Bote!!!!



el Abra Vieja, hacia el Luján
el Abra Vieja


arroyo Kennedy, hermosos árboles

arcos de árbol, maravillosos


la escuela una vez más, en la esquina de Kennedy y Abra Vieja

miércoles, 27 de junio de 2012

manifestación

Acá simplemente  algunas imágenes de lo que pasa abajo, sacadas desde el balcón, en un día de manifestación como el de hoy. Es un tema dificil  vivir en el centro, a cada rato hay marchas, cortes de avenidas, de autopistas, en fin, es vivir en medio de la locura. Se explica también un poco más la necesidad de escaparme a remar en cuanto puedo, salir de este descontrol es para mi salir a la salud, a la libertad, el centro es una cárcel para mi. Para otros es Buenos Aires. Es cine, teatro, espectáculos, posibilidades. La famosa relatividad de las cosas, lo que veo yo, otro lo ve diferente.  De todos modos, hace un rato tuve que tomar el subte, y al volver caminé dos cuadras con los manifestantes, porque no tenía alternativa, pero fue todo muy bien, la verdad los que había alrededor mio, no parecían motivados por ninguna causa, creo que estaba más que claro que van obligados a la marcha, como un día de trabajo. 




domingo, 24 de junio de 2012

tarde de bici

Fuimos un rato a andar en bici a Puerto Madero, había mucho viento, pero bastante bien, igualmente me sentí todo el día un poco caída y me costó un poco vencer la resistencia del viento en la bici.

de lejos y sin zoom difícil ver al pájaro en el borde 

en esta foto tb, si ven bien hay un pato en el agua!
J salió muy lindo acá



esos guantes buenísimos p bici o remo!



arte cinema, cine nacional

Y a otra cosa. Fuimos al cine de Constitución, se llama Arte Cinema, me estaba resistiendo a ir desde hacía tiempo ya que me resulta más que desagradable caminar por ahí. No estuvo mal, pero no es una salida como para ir a tomar algo después ni andar dando vueltas por ahi, hay que ir al cine, y punto. Y temprano para volver de dia. Por lo demás, una lástima que den buenas películas argentinas y que haya tan poco público por la ubicación del cine , además es muy barato. 
Vimos "El último Elvis", de Armando Bó (nieto), me gustó la peli, la recomiendo. La historia, si bien tiene algunos lugares comunes, me parece buena, las actuaciones también, el actor es también el intérprete de los temas. No disfraza las cosas, muestra los lugares sórdidos como lo que son, no los endulza. Bastante para pensar, volviendo a los mecanismos de evasión de los que hablaba en otra entrada cuando contaba que no me quería bajar del tren, cómo vivir en una sociedad como esta cuando no nos podemos bancar lo que somos, el entorno en el que estamos, la  realidad, y cuántas formas hay de vivir la vida de otros para escaparnos de la nuestra. Cuántas formas hay?



sábado, 23 de junio de 2012

remo del día

Hoy  hice remada de 3hs, me estoy dando cuenta de que tampoco me alcanza mucho con 3hs, porque tengo ganas de seguir remando. Cuando salí a la mañana hacía 10 grados, pero cuando llegué a Tigre el día estaba hermoso y con sol y la temperatura habia aumentado, a punto tal que habría necesitado una remera de manga corta y me fuí demasiado abrigada. Una vez remando y al sol, empieza a sentirse el calor, primero me saqué el buzo, después el chaleco, el gorro de lana, pero la camiseta de manga larga era lo último asi que no podía más. Fué imprescindible remar este finde, ya que fué una semana de mucho cansancio. 
El momento de subirme al bote es lo que más deseo durante toda la semana, esperando que el clima acompañe, porque es mi momento para no pensar en nada más que en el paisaje, el agua, y el recorrido que haré, que va saliendo solo de acuerdo a como veo que están las cosas en el Sarmiento, si está con mucho oleaje, si hay muchas lanchas colectivas, me voy por algún otro más tranquilo. Hoy estaba bárbaro, hubo lanchas pero daban muchas ganas de remar , asi que saqué algunas fotos, no fué un recorrido demasiado largo, llegué hasta la casa de Sarmiento donde hoy funciona un museo histórico, y me metí en el arroyo Reyes a comer mi sandwich y una banana. Me gustaría tener tiempo para visitar el museo, pero para eso tendría sí o sí que hacerme socia de un club para poder tener el bote sin límite de tiempo.

Ahí en la intersección del arroyo Reyes y el Sarmiento está el museo.

la vista del Sarmiento, en otro tramo



Al fondo se ve una escuela de kayak, o algo como un parador, que promociona una marca de kayak


Acá se ve el cartel del museo histórico Sarmiento, y no sé si esa casa también es parte de él

y acá se ve la casa de Sarmiento, encerrada en vidrio ya que  después de tanto tiempo  peligra su estabilidad y conservación debido a los fenómenos naturales en el delta


el arroyo Reyes, lateral a la casa de Sarmiento

otra vista del arroyo, ahí paré a comer





vista del Sarmiento, ya volviendo


jueves, 21 de junio de 2012

el móvil perpétuo

Algo asi, es lo que muchas veces siento, y hoy lo senti viniendo a Temperley, seguir caminando y caminando, sin ,llegar a destino, sin parar.... o a veces me pasa en el tren, o en el subte, o en el auto mismo, no tengo ganas de bajar, quiero seguir andando, no se hacia donde, pero seguir andando, no quedarme en ningún lugar. Cómo describirlo, falta de responsabilidad, falta de compromiso, vagancia, negación, resistencia, liberación, evasión... en fin, muchas cosas, pero creo que es el estado que más me define o el más deseado. Llegar a la terminal con el subte, y no bajarme, y volver a hacer el viaje en sentido inverso, y asi, sin levantarme del asiento, no se, es difícil  de imaginar, seguramente en algún momento desearía bajar.

domingo, 17 de junio de 2012

ficción 3: el llamado

Hasta los 6 años estuvo Pablito con los abuelos. No sabemos bien por qué, pero a veces, y doy fé de ello, a los padres, una vez nacidos, los hijos les molestan. También hay parejas que viven en una habitación o una casita refaccionada en el fondo de la casa de los padres de alguno de los dos, y los chicos se crían más con los abuelos que con los padres, ya sea porque los padres trabajan, o simplemente, como dije antes, porque los chicos molestan, y los abuelos siempre, o casi siempre, están presentes, y finalmente y en la mayoría de los casos son referentes más importantes en la vida, que los mismos padres.

El caso de Pablito no lo sabemos bien, pero lo que sí sabemos es que cuando nació los padres vivían en la casa con los abuelos maternos, en la zona oeste de la provincia de Buenos Aires,  y con una madre sin carácter y un padre autoritario, éstos se ocuparon de criarlo en sus primeros años. La casa tenía terreno, perro, gallinas, árboles frutales, lugar para jugar, amigos y cariño.

A los 6 años de casada, la madre de Pablito quedó embarazada por segunda vez. Durante este embarazo fué que se mudaron de la casa de los abuelos a una vieja casa  que el padre había comprado a medias con un amigo en el barrio de San Cristobal.  Pablito sufrió la separación del barrio y de los abuelos, del terreno, de los chicos para jugar en la vereda, del sol de la mañana en las afueras de la ciudad, tanto como los celos por el nacimiento de su hermano. De todos modos, veía a los abuelos de vez en cuando, a veces iban a visitarlo a la ciudad, o a veces iban ellos a comer los domingos.

Como siempre en las familias se habla de dinero, hay celos, envidia, situaciones desagradables de todo tipo, y cosas que jamás se cuentan. El padre de Pablito se enojó un día  con los suegros, nunca se supo por qué ya que era un hombre de pocas palabras, casi ninguna. Como resultado de esta pelea no dejó que los abuelos vieran más a los nietos. La madre no hizo nada para revertir la situación y si el marido lo decía estaba de acuerdo, aún con decisiones sin sentido y separaciones absurdas.

La tristeza de los abuelos fué tremenda, más que nada extrañaban a Pablito, ya que el otro nieto era aún muy chiquito para entender quienes eran. Los domingos fueron grises, oscuros, ya no se escuchaba la risa ni había motivos para seguir adelante. Ese hombre les había cercenado la felicidad. 

Un día en silencio, el abuelo tomó el tren, luego un colectivo, y se metió a tomar un café en un oscuro bar de San Cristobal, cerca del colegio de Pablito, y esperó , esperó. Y Pablito salió de la escuela al mediodía, y pasó por la puerta del bar, camino a su casa. El abuelo, sentado en un lugar desde el que podía ver la calle, lo llamó desde ahi. Quería solamente verlo y abrazarlo. Pablito escuchó nuevamente la voz que tanto extrañaba desde hacía tanto tiempo , giró la cabeza y vió al abuelo sonriente, sorbiendo unos lagrimones de emoción. Corrió hacia la mesa adonde estaba, lo abrazó y besó, y no podía quedarse mucho tiempo más  porque tenía que llegar a almorzar a su casa. Se miraron, había pasado mucho tiempo de deseos contenidos de volverse a ver.   Los años pasaron, las relaciones se fueron ablandando de alguna forma y los nietos crecieron y tomaron sus propias decisiones. Pablito, cuando pudo viajar solo, ya en la secundaria, esperaba ansioso los fines de semana para tomar el tren y visitar a los abuelos.

 Y pasaron más años, y los viejos se volvieron niños y los niños adultos. Y  los dos tienen hoy algo guardado: Pablito hombre lleva consigo la imágen de ese abuelo sentado en el bar y el sonido de su voz llamándolo, en ese momento supo que  el abuelo no le falló . El abuelo  hoy niño lleva la mirada de Pablito al darse vuelta al oir su llamado, Pablito tampoco le falló.

domingo, 10 de junio de 2012

pan

Acá una foto del pan que cocinó J ayer mientras yo estaba en la reunión de las chicas. Hizo dos piezas de pan de distinto tamaño, y esta vez es blanco. La verdad está buenísimo. Generalmente hace pan integral, pero se va superando día a día en la fabricación de pan, amasado a mano!.


juntada con compañeras, más que un número

Y se llamó asi en el facebook: juntada , y fue tal cual, juntada, mezcla, de emociones, de recuerdos, de risas y de cosas serias y difíciles, cada una con vivencias muy distintas, y sin embargo encontramos coincidencias más allá de tantos años juntas. Tal vez sean las coincidencias de muchas mujeres de nuestra edad, en un espacio donde podemos compartirlas, y no sé si ya es tan importante lo que fuimos hace 30 años cuando terminamos la secundaria. El número pesa, muchísimo, pero me animé a escribirlo. Después de todo no es más que un número y no somos un número, somos lo que somos ahora, y estamos donde estamos porque quisimos o no, pero si haciéndonos cargo de muchas cosas, y otras que el azar nos convidó, algunas con buen sabor, otras no tanto, pero tratando todos los días de salir adelante a vivir. 

Fué una reunión muy linda, debo decir que tuve gran resistencia a ir, no tenía ganas, últimamente no tengo ganas de hablar con la gente, creo que mi momento más deseado de la semana es subirme al bote y remar un rato, cuanto más lejos pueda. Pero me habría arrepentido si no hubiese ido, porque la pase muy bien. Hubo algunas sorpresas, chicas que no esperaba ver y que me alegró reencontrar, hubo muchas diferencias, y una historia en común a la que no recurrimos demasiado, y eso fue bueno. De todos modos siempre hay un encasillamiento de los personajes que éramos en aquellos tiempos, pero hoy es diferente, y pareciera que la vida nos enseñó que todas teníamos diferentes oportunidades por delante, pero a los 15 años eso no lo sabíamos. 

Y hubo muchas cosas dulces para comer!!!!!!

Acá unas fotos de  la reunión de anoche.






sábado, 9 de junio de 2012

sueño 5:heladería Tessi

La heladería Tessi es nueva, ayer mismo había en esa esquina, frente al colegio donde hice la primaria y secundaria, una funeraria, que trabajaba muy poco. Y hoy veo con alegría una heladería hermosa, que ofrece colores y sabores a la salida de la escuela. Donde ayer todo era gris y horrendo hoy hay un lugar deseado, muy deseado. En la puerta del colegio, sentada en un escalón estoy yo, hoy, ya no soy alumna del colegio,  y a mi lado un sádico jefe. Ninguno habla. Yo pienso, me va a invitar a un helado, me va a invitar a un helado...Sabe todo, sabe lo que había ayer en ese lugar...quiero helado...no quiero entrar...muchos  pisaron esas baldosas durante muchos años...quiero helado...me invitará, seguro....podré entrar???

viernes, 8 de junio de 2012

otro día de remo

Siguiendo el recorrido ,nuevamente por el Sarmiento hasta el Rompani, pero ahora tomando el Abra Vieja para el otro lado (en lugar de ir hacia el Luján, fuí hacia el Sarmiento), llegué al final del Abra Vieja y al salir a Tres Bocas, había un oleaje tremendo y muchas lanchas colectivas. Se ve que hay bastante actividad ahi, y también hay lugares para comer. Como por error salí con el timón puesto y no pude sacarlo, no me convenía que el bote se desviara para cualquier lado, asi que volví a los lugares de aguas más tranquilas, y me metí por el arroyo Santa Rosa, llegué hasta el puente donde está el número 5, y ahí hice un alto para comer algo, y seguí remando. Llega un momento en que el Santa Rosa se angosta cada vez más y es difícil seguir metiéndose. Volví por el mismo camino, salvo que en lugar del Sarmiento tomé directo el Gambado. Igual fue un día hermoso para remar, no había viento, a pesar del frío, y saliendo con abrigos uno sobre el otro, siempre va quedando mucha ropa en el bote ya que se entra en calor fácilmente. Como fuí en tren a la vuelta me bajé en San Isidro y me compré una bolsita impermeable para guardar cosas, tipo celular o cámara, cuando voy en el bote. En la zona del bajo hay muchos negocios de ropa y accesorios, pero más para barco o kayak que para remo, aunque algunas cosas son comunes a todos.