Los domingos no es fácil salir muy lejos porque está complicada la calle con autos, gente por todas partes, familias más precisamente, en su mayoría, y bueno, a veces hay que sacrificar salir del centro para no pasar los malos momentos de la vuelta, embotellamientos y demás. Caminando o en bici se puede llegar a algunos lugares para tomar sol, como la reserva ecológica por ejemplo. En San Telmo hay un centro vecinal, adonde los domingos, por lo que vemos al pasar, dan de comer a la gente que vive en la calle, en realidad ellos tienen que ir ahi a buscar la comida, es un comedor comunitario o algo asi, y durante la semana también hay otras actividades. Muchas veces se ven imágenes como las de las fotos, comida. Esa es la comida que les dan que está tirada en las calles. Volví furiosa por haber visto como tiraban lo que se les daba, recordé los momentos en los que fuí voluntaria en Cáritas, actividad que abandoné por razones similares, los que venían a buscar ropa o bolsa de comida, despreciaban algo si había que coserle algún botón, o no querían llevar polenta, que venía entre los alimentos de la bolsa. Debo decir que si bien de aquel momento tengo buenos recuerdos como la compañía de teatro de Barracas, también los tengo bastante tristes, ya que yo muchas veces tenía que llevar alimentos de la bolsa porque estaba casi sin trabajo.
J tiene una característica que para mi lo distingue entre muchos seres humanos, y es la de no juzgar a las personas, es la de tratar siempre de ponerse en el lugar de los otros. Me hizo reflexionar acerca de mi furia, pensando que habría muchos otros que sí habrían comido la comida que les daban y que la necesitaban realmente, que no se podía suspender ese almuerzo, vi también en el camino una mamá que le estaba dando a su nene esos fideítos que otros despreciaban. Hay tal vez muchos que desechen esa comida, pero también hay muchos que la necesitan, y de entre los que la desechan, la mayoría están consumidos por el alcohol, tirados en las calles sin mayor necesidad que más alcohol o lo que sea que tomen o droga que consuman, no pueden hacer un razonamiento como el que hacemos nosotros, no tienen nuestra cabeza, nosotros podemos pensar todo desde el lugar que tenemos, unos más otros menos, pero teniendo un techo, haciendo las comidas diarias, durmiendo calentitos a la noche, dándonos el lujo de seleccionar los alimentos que comemos, a ver si tienen o no grasa animal, colesterol, fibra, vitaminas, hierro... digo, una realidad completamente diferente, que hasta yo la tuve en los momentos de mayor necesidad, en los que siempre me sobraba el razonamiento lógico y la capacidad para salir a flote de alguna forma. En fín , una pequeña reflexión sobre la imágen de la comida en la calle, que reconozco, no repito ante otras situaciones que veo y me molestan, me incomodan, me invaden la vida en esta ciudad que detesto por la basura y la suciedad, y debería poder hacerlo, poder reconocer que hay muchas realidades, que un buen científico debe saber que para cada problema lo primero que hay que hacer es definir un sistema de referencia, y bueno, esto es lo mismo, ni más ni menos. Cómo se resuelve no lo sé, sólo por ahora, sé que podemos definir el sistema y saber que lo estamos juzgando desde otras coordenadas.