La escuela, una institución que tal como es aborrezco. Cualquiera pensaría que no puede ser, con lo buena alumna que fuí siempre, aborrecer la escuela...Y si, es un lugar de retroceso, donde toda tu creatividad se ve anulada porque las cosas "son" de una forma, y no podés cambiarlas. A ver si se detiene la maquinaria social, todavía...Y los pibes piensan y razonan. Qué drama razonar... Cada vez más triste razonar tanto...vas descubriendo cosas y cosas que no creías, que no querías , vas atando cabos, cabos, y terminás tejiendo una tela completa, diferente de la que te enseñaron en la escuela.
Ya te pedí mi querido blog que me esperes un poco, no estoy animada para poner imágenes, para contar cosas... no sé que pasa...me siento cansada. La escuela, que tanto detesto, es paradógicamente mi lugar de trabajo. Y también paradógicamente es una "institución educativa", donde la mayoría de los colegas hace todo lo posible para evitar saludar, donde cruzarse frente a la oficina de algún directivo significa "a vos no te conozco", por las dudas, donde se dejan sobras de comida en la mesa de la sala de profesores, o suciedad, donde se dá vuelta la cara, donde se te escatima un vaso de agua...donde te dicen que sos parte de una familia, esperando que te pongas "la camiseta" y no te reconocen como tal, y donde, nuevamente, paradógicamente se le exige al alumno que sea bien educado, que se "comporte" de determinada forma. Cómo? Sin dar el ejemplo...Sin solidaridad, con el "no te metás" a flor de piel, la gran bandera que nos caracteriza...y bueno, la calle, la educación, la basura, el ruido, los embotellamientos, la falta de consideración por los demás, el embrutecimiento, las elecciones, los discursos, las frases hechas, el miedo a decir lo que pensás porque vas a recibir un insulto, sigo sin ganas...