Y bueno, esos dolores tan fuertes que tenía, que se manifestaron el día de remo, se debían a los famosos cálculos en la vesícula, asi que la visita a la doctora, desembocó aquella vez, en una orden para el cirujano, y la semana pasada me operaron. Comparada con la operación del útero fue sencilla, pero a mi me resultó más complicada. Como esperaba, el despertar de la anestesia no fué muy bueno, y luego hubo bastante dolor, aunque al otro día ya me mandaron de vuelta con alta. El pobre J pasó la noche en una incómoda silla, y a mi me llenaron el suero de calmantes, pero ya voy repuntando muy bien. Fué una suerte que me operaran rápido, porque esos dolores fueron horribles, y parece que no estaba nada bien la vesícula, asi que afuera! con ganas!
Lo más embolante es la dieta, para el que no come carne, es complicado, porque la carne es uno de los alimentos que están permitidos. Asi que de nunca mirar las páginas de dietas , ahora entro a ver las grasas de los distintos quesos, y demas temas, porque el queso es uno de mis alimentos favoritos, y la nutricionista del hospital me dijo que tenían que ser descremados. Hay un montón de cosas que no hay que comer, que yo no como, los fritos por ejemplo, pero hay otras que me son difíciles de no comer, los postres, los quesos, dulces... bueno, me voy acostumbrando al queso descremado, no es tan grave, ademas pronto se ampliará la dieta.
En realidad quería hablar de una sensación que tuve esta vez, y las otras dos veces que me operaron, y es la falta de voluntad de salir del hospital. Lejos de sentir ganas de salir con el alta, siempre me siento muy protegida allí y con ganas de quedarme un par de días más hasta sentirme más fuerte, absurdo parece, pero el hospital me da mucha contención. Siempre me voy del hospital con algo de tristeza, es raro... ya pensaré que me pasa...
Llegamos a casa y los temores que tuve acerca de la conducta de la gatita desaparecieron, porque no me molestó en ningún momento en que tuve que curarme, y se portó bastante bien. Al correr de los días, comenzó a hacer lío nuevamente, pero no me molestó ni me arañó. Una buena compañera está resultando, un poco revoltosa nada más!
Ahora entonces, a esperar con paciencia, para volver a remar, a andar en bici, tampoco manejar, pero sí, caminar muchísimo todos los días. Qué suerte porque no puedo estar quieta!