Y si, el 25 de mayo, un hermoso día para remar y escapar del centro, donde hay demasiado movimiento. La remada estuvo muy buena, remé sola en este recorrido:
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Luján-Gambado-Sarmiento-Espera-Rama Negra-Capitán-Sarmiento-Abra Vieja-Rompani-Gambado-Luján |
Un día hermoso realmente, varias horas en bote, una porque remé super tranquila, sin presiones de horarios, y sobre todo, porque hasta llegar al Rama Negra, tuve la corriente en contra, asi que llevó muchísimo tiempo llegar. Una vez en el Rama Negra bajé en un almacén de la isla, compré unas galletitas y aproveché para pasar por el baño, ya que el recorrido que me quedaba aun era largo, y almorcé mi sanguche y banana, ya cerca de las 4 de la tarde. Es increíble la energía que dá comer una banana en medio de la remada, pude remar más rápido en la segunda etapa, y además tuve en parte la corriente a favor. Digo en parte, porque al salir del Capitán y entrar al Sarmiento, el oleaje fué terrible y hubo que meterle brazo y pata! Otro día que me baje ahí con más tiempo aprovecharé a caminar un poco ya que vi que otros lo hacen y está muy lindo. El otoño está brillante en estos días en los árboles , una verdadera magia de la naturaleza la mutación de los colores a lo largo del año. Es la primera vez que amarro sola, asi que tuve que pedir ayuda, pienso que la práctica enseguida me dará seguridad en este tema.
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en el Espera, el cambio de colores |
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cuando saqué ésta foto, el bote se iba solo por la corriente, hacia el Sarmiento, asi que hice varios intentos! |
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el Rama Negra en su 2do tramo hacia el Capitán |
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el Gambado al atardecer, a la vuelta |
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Una vez de vuelta en el club, decidí merendar con mucha tranquilidad, tenía la netbook para pasar más el rato, pensaba sentarme en una mesa cerca de la ventana y disfrutar el Tigre, antes de sumergirme al centro nuevamente. Aunque sábado y feriado, decidí viajar en tren, porque los días de manifestación como éste, con el auto es muy difícil volver al centro a la vuelta, asi que decidí relajarme, o continuar con la relajación y demorar lo más posible la vuelta, pero al llegar al restaurant del club, me ofrecieron merendar en la barra, porque las mesas ya no se podían usar porque se estaban preparando para un locro y fiesta que tenían por la noche, asi que el plan se frustró, y luego del café con leche sumamente necesario después de la remada, enfilé despacito rumbo a la estación Tigre, y saqué algunas fotos caminando por el Paseo Victorica, alrededor de las 19hs, ya es de noche en ésta época.
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la estación fluvial desde la otra orilla del río Tigre |
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la rampa del Nahuel |
Segunda parte: la vuelta
El tren, sorpresivamente estaba en la estación y viajé lo más bien. La segunda parte del viaje no fué tan entretenida, tarde 3hs y media en llegar del Tigre al centro. Al bajar a la estación Retiro del subte C, anunciaron por altavoz, los servicios limitados de las líneas que pasan por Plaza de Mayo, debido a la fiesta multitudinaria que se celebraba, y la suspensión, a partir de ese momento, de la línea C, que va de Retiro a Constitución, y no pasa por Plaza de Mayo. Eso fué terrible, la cantidad de gente que había en el andén era grande, más lo que vi al salir de la estación , a esperar el colectivo, ya que no quedaba más remedio, después de que me devolvieran el dinero del pasaje en ventanilla, diciéndome que la interrupción se debía a que había hinchas de River haciendo desmanes. Impresionante las cuadras de cola de gente, entre las que me incluyo, esperando los bondis, que no venían. Solamente pasaban los que tenían recorridos hacia otros lados, pero los que iban por San Telmo, Plaza de Mayo, o la 9 de Julio, que aparentemente estaba tapada con micros, no pasaban. Pasó el tiempo, todos los que estaban delante mío en la fila, después de casi hora y media esperando, se fueron a buscar otro bondi, pensando que el que esperábamos no vendría hasta el día siguiente. Yo hice lo propio, hasta ese momento había estado tranquila, pero después me dominó la angustia de no saber a qué hora tendría transporte. Me puse en otra fila, de otro bondi, otra cola terrible, pero por lo menos vi que pasaba. Finalmente pude viajar, complicadísimo todo y sobre todo muy incierto, cuando encima se terminan las baterías del celular y quedo casi incomunicada, la estación de subte baja sus persianas, y la gente, debo reconocer, como en otras entradas critiqué, esta vez con una paciencia increíble y una tolerancia extrema, espera para llegar algunos no se sabe adonde de lejos, ni a qué hora llegarán, en un transporte que tampoco se sabe si vendrá antes del amanecer.