sábado, 2 de agosto de 2014

la hora de la siesta en saldungaray


El único paseo de estos dias de trabajo intenso en el terreno y en la casa, fue mi querido Saldungaray a la hora de la siesta. Digamos que a la hora de la siesta es bastante parecido a la hora de trabajo, por los pocos habitantes y la tranquilidad del lugar. Fuimos a una feria que supongo fue levantada por falta de visitantes, debido al extremo frío que pasamos estos dias, asi que aproveché a sacar algunas fotos de las viejas casas del pueblo, que nunca me canso de ver en todos sus ángulos, y me resultan bellísimas. Imagínense los posibles lectores estas pocas imágenes enmarcadas por el canto de los pájaros y ningún otro sonido, salvo el de las hojas que mueve el viento.






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