sábado, 25 de abril de 2015

travesía al paraná

Bueno, después de tanto tiempo deseando ir remando al Paraná y no tener compañeros de travesía, armamos un equipo de 3, y ayer salimos por la mañana, llegando al Paraná en aprox. 3hs y media, y volviendo en un poco menos de tiempo ya que teníamos la corriente a favor. El recorrido fué el que muestro en el mapa:
ida: lujan,gambado, sarmiento,espera,rama negra,toro,antequera- vuelta:capitan,sarmiento,gambado,lujan


A la ida tomamos el Rama Negra, en cuanto salimos al Capitán tomamos el arroyo Toro, y luego el arroyo Antequera, de gran belleza, y la vuelta toda por el Capitán y luego el Sarmiento, que siempre nos da dolores de cabeza al llegar a la zona de 3 bocas, ya que las lanchas particulares y colectivas se burlan de los remeros llenando los botes de agua por las grandes olas que levantan, a consecuencia de no bajar la velocidad.Me costó mucho madrugar, pero reconozco que hay que salir temprano para remar tranquilas y volver a horario al club. No me sentía muy bien y la noche anterior casi no dormí, asi que fué un acto de arrojo de mi parte no cancelar la remada, y lo mal que habría hecho de hacerlo, porque la pasamos más que genial!
Hicimos cambios cada 20 minutos, con lo cual, 20 minutos de timonel y 40 minutos de remo para cada una entre cambio y cambio, salvo en la primera y última etapa donde una remaría 20.
Hicimos solamente dos paradas, la primera, en un lugar conocido, el Rama Negra, en el primer tramo, también conocido como el Ramita. Bajamos en un muelle y tomamos unos mates, y seguimos viaje. No conocía el arroyo Toro ni el Antequera, y la verdad son hermosos lugares, y los paisajes del otoño en el río incomparables. Llevamos alimento por demás: fruta seca, bananas, mandarinas, galletitas, una tarta, tomatitos y sanguches, agua y té frío. No llegamos a comer todo eso, pero lo más divertido fué que toda la semana estuvimos comunicadas por mail planificando todo lo que íbamos a llevar para comer, temiendo debilitarnos en la remada.
el antequera
Emocionante llegar al Paraná, una de las 3, ya había ido un par de veces y conocía el recorrido, asi que fué nuestra guía de remo. Unos barcos enormes y nada, algunas lanchas con pescadores, y una selva que se vé en la otra márgen alejada. No lo cruzamos, lo remamos un corto tramo hasta retomar el Capitán. El objetivo estaba cumplido, nuestras caras felices por demás y ante el pedido de almuerzo de nuestros estómagos, amarramos en un muelle en el río Capitán. Unos perros amigos se acercaron, y bueno, una maravilla la tranquilidad , los colores, la vegetación y el agua, remar es un gran placer y un privilegio que se nos dá para poder disfrutar de tantas cosas lindas en el camino, hay que aprovecharlo! Después del almuerzo, la vuelta resultó más pesada, aunque con la corriente a favor.
 No había entrado agua en el bote, y al llegar a la zona de la intersección del Capitán, San Antonio y Sarmiento, comenzaron las lanchas colectivas y demás locos sueltos, y llegamos al club con el bote lleno de agua, una pena que se nos mojaron las cosas, habiendo tenido un viaje tan prolijo , pero bueno, llegamos al Paraná ya nada importa!
Detrás de las palas... los grandes barcos del Paraná

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