Llegó el temido "último día en Esquel", en realidad nos iríamos a la mañana siguiente, ultra temprano, para manejar con "la fresca", y haciendo corta la despedida de la tía.
El plan del día fué algo incierto y modificado, asi que fuimos al centro a comprar algunos alimentos y a cargar nafta para salir al día siguiente, y volvimos a almorzar con la tía, y luego si, cargamos esta vez solo el equipo de mate en el auto, y nos fuimos a conocer la parte sur del parque.
El plan del día fué algo incierto y modificado, asi que fuimos al centro a comprar algunos alimentos y a cargar nafta para salir al día siguiente, y volvimos a almorzar con la tía, y luego si, cargamos esta vez solo el equipo de mate en el auto, y nos fuimos a conocer la parte sur del parque.
Completamente diferente al paseo del día anterior, entramos en dos senderos, y en territorio del "Choconcito", una central termoeléctrica en ruinas, aquí el cartel
antiguamente auxiliar de la represa de Futaleufú, que luego visitaríamos.
Lo que me pareció fabuloso fué la cantidad de manzanos que había en las ruinas. Parece que los obreros tiraban allí las semillas y crecieron un montón.
Luego enfilamos para la represa, el camino, sinuoso!
y bueno , se llega a un largo puente sobre el rio.. y alli, el modelo de pasarela...
y nuestro fiel compañero de viaje, que no será una 4x4 pero nos llevó sin protestar...
y ese camino, después bajando por los distintos niveles, debo decir, que si bien la represa resulta imponente, prefiero el paisaje natural.
Y durante la bajada tomamos unos mates, y el día terminó en Trevelin,un pueblo de galeses, en una típica y turística casa de té, compartiendo con primas y tía de Juan. No tomé fotos ahi, comimos cosas ricas, en nuestros últimos paseos por Esquel , compartimos todo y charlamos. Estuvo muy bueno, y a la vuelta en casa de la tía, a cargar el auto para salir muy temprano al día siguiente, hermoso Esquel, espero volver pronto!
En el viaje de vuelta, cambiamos el recorrido respecto del de ida, y volvimos por la ruta de los 7 lagos, a mi me gustó más, aunque había muchas curvas cerradas. Paramos a comer en una plaza en un pueblo que se llama Dina Huapi, y viajamos en dos partes, tal como habíamos hecho a la ida, haciendo noche en Plottier, en Neuquén. Esta vez fuimos a un hotel sencillo, donde daban ganas de pasar otro día, con un desayuno buenísimo y super limpio y tranquilo. Me gustó mucho el lugar. Cruzamos ciudades como Neuquén, Villa Regina, General Roca en Río Negro... y luego si, en Gral Conesa, tomamos la misma ruta que a la ida, luego Bahía Blanca y por fin a Sierra, cansados pero contentos.