jueves, 30 de julio de 2020

viaje a Esquel parte 4

Llegó el temido "último día en Esquel", en realidad nos iríamos a la mañana siguiente, ultra temprano, para manejar con "la fresca", y haciendo corta la despedida de la tía.
El plan del día fué algo incierto y modificado, asi que fuimos al centro a comprar algunos alimentos y a cargar nafta para salir al día siguiente, y volvimos a almorzar con la tía, y luego si, cargamos esta vez solo el equipo de mate en el auto, y nos fuimos  a conocer la parte sur del parque.
Completamente diferente al paseo del día anterior, entramos en dos senderos, y en territorio del "Choconcito", una central termoeléctrica en ruinas, aquí el cartel


antiguamente auxiliar de la represa de Futaleufú, que luego visitaríamos.
Lo que me pareció fabuloso fué la cantidad de manzanos que había en las ruinas. Parece que los obreros tiraban allí las semillas y crecieron un montón.
Luego enfilamos para la represa, el camino, sinuoso!


y bueno , se llega  a un largo puente sobre el rio.. y alli, el modelo de pasarela...

y nuestro fiel compañero de viaje, que no será una 4x4 pero nos llevó sin protestar...


y ese camino, después bajando por los distintos niveles, debo decir, que si bien la represa resulta imponente, prefiero el paisaje natural.


Y durante la bajada tomamos unos mates, y el día terminó en Trevelin,un pueblo de galeses, en una típica y turística casa de té, compartiendo  con primas y tía de Juan. No tomé fotos ahi, comimos cosas ricas, en nuestros últimos paseos por Esquel , compartimos todo y charlamos. Estuvo muy bueno, y a la vuelta en casa de la tía, a cargar el auto para salir muy temprano al día siguiente, hermoso Esquel, espero volver pronto!


En el viaje de vuelta, cambiamos el recorrido respecto del de ida, y volvimos por la ruta de los 7 lagos, a mi me gustó más, aunque había muchas curvas cerradas. Paramos a comer en una plaza en un pueblo que se llama Dina Huapi, y viajamos en dos partes, tal como habíamos hecho a la ida, haciendo noche en Plottier, en Neuquén. Esta vez fuimos a un hotel sencillo, donde daban ganas de pasar otro día, con un desayuno buenísimo y super limpio y tranquilo. Me gustó mucho el lugar. Cruzamos ciudades como Neuquén, Villa Regina, General Roca en Río Negro... y luego si, en Gral Conesa, tomamos la misma ruta que a la ida, luego Bahía Blanca y por fin a Sierra, cansados pero contentos.




martes, 21 de julio de 2020

viaje a Esquel parte 3

En nuestros dos últimos días en Esquel, decidimos visitar el Parque Nacional Los Alerces.  

No se distingue muy bien en el mapa , pero hay 3 areas en el parque, que está a unos 30 min en auto desde Esquel.  Nosotros pudimos visitar sólo 2: la centro y la sur.
En nuestro 2do día completo  en Esquel, fuimos al area central, la que insume más tiempo. Como siempre, despues del desayuno salimos preparados para pasar el día, lo que llevamos en el auto: heladerita pequeña, con queso, jamón, tomate y alguna fruta, pan, equipo de mate y galletitas, agua, buzos x si refresca, y creo que nada más, siempre hay que salir con sombrero y protector solar, eso es norma en verano. 

En la primera etapa , quiero decir, antes del almuerzo, visitamos dos sectores, uno el de las pinturas rupestres, que culmina en un mirador . El camino es soñado de flores y vegetación de todo tipo.

Liutos, podría ser plaga por la cantidad que encontramos, no lo se....hermosa flor

Rosa mosqueta, es plaga, bellísima pero crece sin parar

Desde el mirador vimos este paisaje espectacular, con nieves en los picos, a pesar del pleno enero


Fué una hermosa caminata. Al llegar a la zona de Villa Futalaufquen, siempre dentro del Parque Nacional, vimos , debo decirlo, baños en no muy buen estado para los visitantes, y más allá de eso, siempre un paisaje espléndido. El estómago llamaba desesperadamente para el picnic, y buscamos un lugar donde tirar una lonita y comer, pero el viento era tan terrible que no hubo forma de quedarnos fuera del auto, parecido a lo que había ocurrido el día anterior en Nahuel Pan, asi que tuvimos que comer adentro del auto nuevamente, ya que sin dudas, en esta zona, el viento es el que manda.
Despues si, bajamos a una playita, del gran lago Futalaufquen (se puede ver en el mapa)

Caminamos un rato ahi, es realmente bellísima, pero siempre llevados por fuertes vientos, no es lo mismo, y sin opción a meterse al lago por la temperatura del agua en pleno enero. Seguimos hacia el norte, por la mano izquierda, hasta encontrar otra playa, el camino parecía una montaña rusa, sube y baja constantemente, y como siempre, uno manejando a la ida y otro a la vuelta, los dos pudimos disfrutar de los saltos del camino, no muy seguros de que el pobre auto lo soportara, ya que el terreno parece mucho más apto para una 4x4  que para un pobre modelo 2002... pero se la aguantó como un rey. Decía que al llegar a esa nueva playa, se nos terminó el camino, asi que no era el que pensábamos ya que íbamos rumbo a la Pasarela del rio Arrayanes. Así que volvimos y retomamos hacia el norte, pero por el lado derecho del lago. Vale la pena sin dudarlo que uno maneje a la ida y el otro a la vuelta, en el recorrido bordeando el lago, ya que el paisaje es digno de prestarle atención, y las dos cosas, concentración al volante y disfrute del paisaje no  pueden ser simultáneas. El camino esta vez fué el correcto pero debido a los vientos la mayor parte de los atractivos del parque estaban cerrados, asi que no habría opción , no veríamos ni la pasarela ni el alerce milenario, del que tanto nos habían hablado.  Será para otro viaje. 
A la vuelta, paramos en el camino de bajada a tomar mate, siempre dentro del auto, y asi, volvimos al centro de Esquel casi de noche, allí a buscar una heladería porque estábamos invitados a cenar en lo de la prima de Juan, y nos resultó difícil encontrar una, aunque fué con éxito. Una muy buena jornada . Una pena disponer de tan poco tiempo ya que al correr de los días dan más ganas de quedarse, pero Sierra también nos esperaba para disfrutar los días finales de las vacaciones de verano y es un lugar donde me gusta mucho estar.

jueves, 2 de julio de 2020

viaje a esquel parte 2

Ya bien dormidos, el segundo día en Esquel amaneció cálido pero no exagerado, seguimos las recomendaciones de la prima, y decidimos ir a conocer la Trochita (Viejo Expreso Patagónico), un tren hoy turístico pero que hizo lo suyo en otra época. Hay que decir que desde hace tiempo los ferrocarriles en Argentina no pasan por su época de oro, la Trochita que hacìa un recorrido desde Ingeniero Jacobacci a Esquel, ahora hace salidas diarias muy cortas, desde Esquel a Nahuel Pan, o desde El Maiten, otro recorrido. Nosotros fuimos a la estación Esquel a las 11:00 ver la salida , y pensábamos ir a ver su llegada a Nahuel Pan a las 13:00, pero nos equivocamos el horario, y como en el interín visitamos la oficina de turismo, allí se encargaron de encaminarnos, y resultó que a las 13:00 ya estaría de vuelta en Esquel, o sea, en 2 hs hace el recorrido completo,  ida y vuelta.  
Con lo cual, decidimos hacer  un poco de tiempo por el centro de Esquel, vecino a la oficina de turismo, y luego volvimos a la estación a ver la llegada del tren, y quedarnos un rato más para poder subir y ver los vagones. El pasaje para hacer ese pequeño recorrido es bastante caro, y decidimos no tomarlo, sino visitar el tren a su regreso. Pareciera que está diseñado solo para turistas extranjeros , no para turistas argentinos, y digámoslo, casi gasoleros.


En el mapa se puede ver parte del recorrido que hicimos, desde Villa Ayelén que es el barrio donde nos  hospedamos, hasta la  estación Esquel de la Trochita, y luego la laguna la Zeta.
Voy a detenerme primero en la Trochita, y luego seguimos el recorrido.

desde Villa Ayelén, a La Trochita, y de ahí a laguna La Zeta

En el interín entre la salida y la vuelta de la Trochita  a la estación Esquel, fuimos a la oficina de turismo, allí nos advirtieron de las zonas donde no se puede estacionar, y como es habitual, los lugares para visitar. Como íbamos a estar solo 3 días, estábamos algo acotados, pero el parque nacional lo teníamos planificado para el día siguiente, y es lo que se dice, el "plato fuerte" de Esquel. 
Caminamos luego un par de cuadras por el centro, debo decir que el centro me decepcionó bastante, ya que esperaba algo más, me resultó algo depresivo y con poca variedad de negocios, aunque más pequeño, el centro de Sierra de la Ventana me resulta más atractivo, o será que estoy acostumbrada. Tanto uno como otro, estos "centros" no tienen demasiada cabida para los jóvenes o para comer algo en algún restaurante lindo, hay poca oferta. De todos modos el objetivo del turista no es ir al centro, pero no están pensados para la noche. 
De vuelta en la estación, esperamos un rato el tren, y había bastante gente, algunos como nosotros, que querían subir y ver cómo era, y otros que ya estaban esperando para el siguiente viaje, creo que hay dos salidas diarias.

Otra cosa que vimos, antes de que parara el tren en la estación, fué el cambio de vías, desengancharon la locomotora y la engancharon en el otro extremo del tren, ya que debe estar listo para salir en su segundo viaje hacia Nahuel Pan, fué muy lindo ver el procedimiento y no pareció tan simple. 
Una vez detenido el tren, pudimos subir, unos minutos, vimos los vagones por dentro, son unos 3 coches y el comedor, al que no pudimos acceder. En una clase los asientos de madera, en otra de cuero, y con una salamandra , super importante en el sur, cuando los fríos acechan. 

La Trochita llegando a la estación Esquel, desde Nahuel Pan

 
hay salamandra en todas las clases, esta es la de asientos de madera



aca, en la clase de asientos de cuero, tambien hay salamandra
Luego de recorrer el tren y sacar unas cuantas fotos, ya algo hambrientos, fuimos a Laguna la Zeta, un lugar que como se puede ver en el mapa no está tan lejos, llevábamos nuestras provisiones, heladerita con queso, tomate y frutas, y pan, para los sanguchitos y termo siempre para el posible mate. 
Para llegar a laguna la Zeta, se necesita gran concentración al volante. Nosotros no se si ya lo dije, J manejó en la subida y yo en la bajada. ¿Por qué se llama la Zeta? . Es simple, por todos los zigzags que tiene ese camino, las curvas tan cerradas que no se sabe que es lo que vendrá del otro lado. Pero el paisaje florido de verano, y luego la vista de la laguna, bien valen la pena. 

En la laguna fué complicado. Buscamos algún lugar reparado para tirarnos con la lonita a comer algo, y el viento era tan tremendo que no lo hallamos, y finalmente decidimos quedarnos en un punto cerca de una playita de arena, donde pensamos que podríamos estar, pero fué arena lo que más comimos. Estuvimos allí un rato, muy poca gente se veía, y ya se sentía fresco. La falta de previsión  hizo que no nos pusiéramos abrigo al bajar del auto pero la verdad es que lo necesitábamos. De todos modos, la comida vino muy bien, y gracias a la tía que a la mañana siempre nos agregaba algún tomate o fruta a nuestra modesta vianda. En cuanto pudimos, fuimos al auto, dejamos las cosas , y nos abrigamos, y caminamos un  poco por un bosque de coníferas. 


Y luego, al emprender el regreso, o la bajada zigzagueante, paramos en uno de los miradores, a tomar la panorámica de Esquel.


Ya en la ciudad hicimos un par de compras en el supermercado, y nos decidimos por el mate en Nahuel Pan, a unos 18km de Esquel, que es la estación hasta donde llega la Trochita desde Esquel. Medio perdidos por la deficiente señalización del camino, llegamos. Es un pequeño pueblo mapuche, hay allí  una feria de artesanos pero a la hora que nosotros fuimos el silencio era absoluto e imponente, en medio del viento patagónico. La feria solamente en el horario en que llega la Trochita, o sea al mediodía, luego todos se retiran.  Encontramos estos vagones abandonados, y las casitas de los pobladores. Debido al  viento y la falta de reparo para sentarnos en algún lado tuvimos que tomar mate en el auto, y asi terminó nuestro primer día de paseo en Esquel. Y a la noche, ver a la tía, contarle el paseo y cenar los tres juntos en su casa.