jueves, 2 de julio de 2020

viaje a esquel parte 2

Ya bien dormidos, el segundo día en Esquel amaneció cálido pero no exagerado, seguimos las recomendaciones de la prima, y decidimos ir a conocer la Trochita (Viejo Expreso Patagónico), un tren hoy turístico pero que hizo lo suyo en otra época. Hay que decir que desde hace tiempo los ferrocarriles en Argentina no pasan por su época de oro, la Trochita que hacìa un recorrido desde Ingeniero Jacobacci a Esquel, ahora hace salidas diarias muy cortas, desde Esquel a Nahuel Pan, o desde El Maiten, otro recorrido. Nosotros fuimos a la estación Esquel a las 11:00 ver la salida , y pensábamos ir a ver su llegada a Nahuel Pan a las 13:00, pero nos equivocamos el horario, y como en el interín visitamos la oficina de turismo, allí se encargaron de encaminarnos, y resultó que a las 13:00 ya estaría de vuelta en Esquel, o sea, en 2 hs hace el recorrido completo,  ida y vuelta.  
Con lo cual, decidimos hacer  un poco de tiempo por el centro de Esquel, vecino a la oficina de turismo, y luego volvimos a la estación a ver la llegada del tren, y quedarnos un rato más para poder subir y ver los vagones. El pasaje para hacer ese pequeño recorrido es bastante caro, y decidimos no tomarlo, sino visitar el tren a su regreso. Pareciera que está diseñado solo para turistas extranjeros , no para turistas argentinos, y digámoslo, casi gasoleros.


En el mapa se puede ver parte del recorrido que hicimos, desde Villa Ayelén que es el barrio donde nos  hospedamos, hasta la  estación Esquel de la Trochita, y luego la laguna la Zeta.
Voy a detenerme primero en la Trochita, y luego seguimos el recorrido.

desde Villa Ayelén, a La Trochita, y de ahí a laguna La Zeta

En el interín entre la salida y la vuelta de la Trochita  a la estación Esquel, fuimos a la oficina de turismo, allí nos advirtieron de las zonas donde no se puede estacionar, y como es habitual, los lugares para visitar. Como íbamos a estar solo 3 días, estábamos algo acotados, pero el parque nacional lo teníamos planificado para el día siguiente, y es lo que se dice, el "plato fuerte" de Esquel. 
Caminamos luego un par de cuadras por el centro, debo decir que el centro me decepcionó bastante, ya que esperaba algo más, me resultó algo depresivo y con poca variedad de negocios, aunque más pequeño, el centro de Sierra de la Ventana me resulta más atractivo, o será que estoy acostumbrada. Tanto uno como otro, estos "centros" no tienen demasiada cabida para los jóvenes o para comer algo en algún restaurante lindo, hay poca oferta. De todos modos el objetivo del turista no es ir al centro, pero no están pensados para la noche. 
De vuelta en la estación, esperamos un rato el tren, y había bastante gente, algunos como nosotros, que querían subir y ver cómo era, y otros que ya estaban esperando para el siguiente viaje, creo que hay dos salidas diarias.

Otra cosa que vimos, antes de que parara el tren en la estación, fué el cambio de vías, desengancharon la locomotora y la engancharon en el otro extremo del tren, ya que debe estar listo para salir en su segundo viaje hacia Nahuel Pan, fué muy lindo ver el procedimiento y no pareció tan simple. 
Una vez detenido el tren, pudimos subir, unos minutos, vimos los vagones por dentro, son unos 3 coches y el comedor, al que no pudimos acceder. En una clase los asientos de madera, en otra de cuero, y con una salamandra , super importante en el sur, cuando los fríos acechan. 

La Trochita llegando a la estación Esquel, desde Nahuel Pan

 
hay salamandra en todas las clases, esta es la de asientos de madera



aca, en la clase de asientos de cuero, tambien hay salamandra
Luego de recorrer el tren y sacar unas cuantas fotos, ya algo hambrientos, fuimos a Laguna la Zeta, un lugar que como se puede ver en el mapa no está tan lejos, llevábamos nuestras provisiones, heladerita con queso, tomate y frutas, y pan, para los sanguchitos y termo siempre para el posible mate. 
Para llegar a laguna la Zeta, se necesita gran concentración al volante. Nosotros no se si ya lo dije, J manejó en la subida y yo en la bajada. ¿Por qué se llama la Zeta? . Es simple, por todos los zigzags que tiene ese camino, las curvas tan cerradas que no se sabe que es lo que vendrá del otro lado. Pero el paisaje florido de verano, y luego la vista de la laguna, bien valen la pena. 

En la laguna fué complicado. Buscamos algún lugar reparado para tirarnos con la lonita a comer algo, y el viento era tan tremendo que no lo hallamos, y finalmente decidimos quedarnos en un punto cerca de una playita de arena, donde pensamos que podríamos estar, pero fué arena lo que más comimos. Estuvimos allí un rato, muy poca gente se veía, y ya se sentía fresco. La falta de previsión  hizo que no nos pusiéramos abrigo al bajar del auto pero la verdad es que lo necesitábamos. De todos modos, la comida vino muy bien, y gracias a la tía que a la mañana siempre nos agregaba algún tomate o fruta a nuestra modesta vianda. En cuanto pudimos, fuimos al auto, dejamos las cosas , y nos abrigamos, y caminamos un  poco por un bosque de coníferas. 


Y luego, al emprender el regreso, o la bajada zigzagueante, paramos en uno de los miradores, a tomar la panorámica de Esquel.


Ya en la ciudad hicimos un par de compras en el supermercado, y nos decidimos por el mate en Nahuel Pan, a unos 18km de Esquel, que es la estación hasta donde llega la Trochita desde Esquel. Medio perdidos por la deficiente señalización del camino, llegamos. Es un pequeño pueblo mapuche, hay allí  una feria de artesanos pero a la hora que nosotros fuimos el silencio era absoluto e imponente, en medio del viento patagónico. La feria solamente en el horario en que llega la Trochita, o sea al mediodía, luego todos se retiran.  Encontramos estos vagones abandonados, y las casitas de los pobladores. Debido al  viento y la falta de reparo para sentarnos en algún lado tuvimos que tomar mate en el auto, y asi terminó nuestro primer día de paseo en Esquel. Y a la noche, ver a la tía, contarle el paseo y cenar los tres juntos en su casa. 







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