Es un largo tema, pero se me ocurre que es parte de la entrada anterior, donde me refiero a la libertad individual cercenada por las decisiones de las masas.
Muchas veces me pregunto, y se lo comento a J, que haría si tuviese hijos, si los mandaría o no a la escuela. Mi respuesta inmediata a esta pregunta, es un no. Digo inmediata porque después de una reflexión no puede ser ésta una respuesta tan categórica. Estoy por demás capacitada para educarlos, académicamente y como personas, porque me formé, estudié y considero que por mi curiosidad y necesidad de conocer diferentes areas, puedo transmitir conocimientos de las principales asignaturas de las escuelas secundarias y primarias, y porque me educaron bien, y asimilé las buenas costumbres de pedir permiso, saludar, dar las gracias considero que puedo contribuir en la formación de buenas personas, respetuosas de los demás y de la naturaleza.
Podría considerarse que soy vanidosa, puede ser, un poco, pero después de haber pasado como docente por numerosas escuelasy ver la involución social en la que nos encontramos, llegué a esa grave conclusión de no querer enviar a un chico a la escuela.
Mi error, grave también, está en que ese chico no se socializaría, no estaría compartiendo dias y dias con sus pares, y viviría en la burbuja. Pensé que podría socializarse en un club, con compañeros de deportes, jugando en una plaza con otros chicos, en un taller de plástica, música, que se yo... infinidades de lugares adonde podría enviarlo para que estuviera en contacto con otros chicos, sin ser a una " institución educativa" llamada escuela. Nuevamente cai en la cuenta de que tendría poco que compartir con esos chicos porque la mayoría son grupos de compañeros del colegio, que van al club o a algún taller, o a jugar a la casa de otros, lo mismo en el caso de la secundaria, se forman los grupos en la escuela, y por eso , este pobre imaginario hijo mio estaría marginado por completo, y seguramente pediría dejar de concurrir a practicar deportes o actividades artísticas porque se sentiría solo y no lo soportaría.
El problema acá es que socialmente la escuela se vuelve imprescindible, y por otra parte, es cada vez más un lugar de embrutecimiento, de atropello a los débiles, de falta de respeto, avalado por los directivos y autoridades, me animaría a decir que tierra de nadie en algunos casos. Pienso no solo en escuela pública, también en privada, por diferentes causas.
En escuela pública no trabajé, salvo en el proyecto escuela de verano, bastante interesante, al que nuestro jefe de gobierno actual hizo desaparecer, seguramente era un gasto. Se trataba de dar apoyo a los chicos que estaban a punto de repetir, que tenían muchos exámenes para marzo, y consistía en el dictado de clases todos los dias, por la mañana, en las escuelas de la ciudad, donde al ser grupos más pequeños y la mayoría con las mismas dificultades, estaban más contenidos, aunque sin llegar a integrarse, y dadas las condiciones en las que pasaban las vacaciones la mayoria de esos chicos, concurrir a la escuela era para muchos de ellos un gran beneficio. Pasaron unos cuantos años de la escuela de verano, no se si unos cuantos en número, unos 6 años no es demasiado, aunque puede ser mucho considerando la diferencia entre ese momento y el actual, donde ya la situación era compleja.
Veo el producto de la escuela pública secundaria de hoy en la calle, o cuando concurro a estas escuelas para anotarme en los listados casi todos los años . Es clara la imágen de chicos sin rumbo, sin nociones de educación básicas, elementales, de las que habitualmente no se brindan en la escuela sino en casa, pero a falta de tener en sus casas quienes los ayuden en esos pasos fundamentales, la escuela como institución debería ser la educadora. Por supuesto, hay muchos docentes con gran vocación que contribuyen a la formación humana de los jóvenes, pero no alcanza con que haya algunos, o muchos, si la escuela como institución no los contiene y apoya como debería hacerlo.
La escuela pública es maravillosa por su finalidad original, que es la de brindar el acceso a todos por igual a la educación, sin distinción de credos, nacionalidades, situación económica, las puertas abiertas para todos. Y si, realmente eso es maravilloso. Lo peor es que cada vez más se está confundiendo la razón de ser de la escuela, de hecho cambió y pasó en muchos casos a convertirse en un centro de asistencialismo, donde a los alumnos se les dá de comer, y donde ya no se educa. No está mal que reciban su comida en la escuela o su merienda, lo que está mal , a mi juicio, es que no se eduque al mismo tiempo, no se están alimentando animales, se están alimentando jóvenes y niños que necesitan ese alimento para poder pensar, y para poder estudiar. Es verdad que no se puede aprender sin comida, pero tampoco se puede comer solamente, sin recibir también una ración básica de educación. La comida debería estar incluída dentro de la finalidad de la escuela pública, pero no ser su único fin. La escuela debe acompañar el crecimiento en todo sentido, y ese todo significa no solo brindar asistencia a determinados grupos sociales, sino brindar formación, en la medida en que cada uno pueda asimilarlo, pero brindarla. Para eso se necesitan docentes capacitados, bien remunerados, y condiciones dignas y seguras en el entorno de trabajo, y más que nada autoridades que no estén dispuestas a brindar solamente la atención de las necesidades básicas, como si los que carecen de ellas no tuvieran derecho también a aspirar a algo más, una vez cubiertas las prioridades.
Por otra parte, los directivos de los colegios, tanto en la pública como en la privada, muchas veces dejan hacer a los alumnos lo que les venga en ganas, asi esté atentando contra las buenas costumbres o la dignidad de las personas, o permiten negociaciones con los profesores, donde el objetivo es pasar de año, no importa si saben o no, y aprobar todos los exámenes, o generalmente presionan a los docentes para que todos pasen. En las públicas, en general no quieren tener problemas con los padres, ya que hoy en día los juicios por cualquier cosa salen como pan caliente, y un padre es capaz de cualquier cosa para que su hijo pase de año, y en las privadas, obviamente el alumno es un cliente, y no se puede perder asi nomás un cliente por no aprobar un exámen.
En fin, demasiado escribí en esta entrada. Algunas cosas se que son discutibles y otras equivocadas, también porque están movilizadas por sentimientos. Incluso le comenté a J que estaba escribiendo sobre este tema, y me recomendó leer a Filmus y otros, lecturas que estuvieron incluidas en mi profesorado, pero que no recuerdo ya demasiado. Sin embargo, decidí dejar eso para otra entrada, y solamente presentar aqui algunas mis opiniones. En otras entradas seguiré con el tema, que realmente me preocupa y muchas veces me angustia, porque me gustaría ver una sociedad en evolución, y no lo observo, veo todo lo contrario.