Sobre el fin de semana murió un jefe. Cumplía muchas funciones, y era jefe de mucha gente distinta. a veces decía que llegaba a trabajar a las 5:30 de la mañana, a veces hablaba como un mártir, con una expresión de sufrimiento shakespeareana, y yo pensaba justamente eso, que estaba actuando. Ahora después de lo ocurrido no estoy tan segura de que todo era teatro. Una sola persona, que delegaba algo, hasta ahí, no fuera cosa de que se tomaran más de lo que les daba, una sola persona para hacerse malasangre por muchas cosas, que pensándolo bien, y no tan bien, no merecían tanto tiempo. Una sola persona que se tomó el poder muy en serio, un poco por sentido de la responsabilidad, otro poco, o mucho, por ambición o simplemente, porque esa era su condición. Y el poder trae enemigos, bien definidos , y trae amigos, mal definidos: algunos son amigos de verdad, y otros son enemigos disfrazados de amigos.
Cuando el ambiente de trabajo se convierte en un comedero de buitres, es muy difícil sobrevivir, se salvan los más fuertes, y el que en apariencia era uno de los fuertes, y realmente lo fué, cayó por no saber ahorrar parte de su energía en la lucha. Muchos amigos, muchos enemigos, quién fué? De los que lo conocieron durante mucho tiempo, se pueden elaborar diferentes versiones sobre su persona. Durante los pocos años en que trabajé con él, me acostumbré también, y confieso que lo lloré un rato el otro día. Uno no solamente se acostumbra a las cosas buenas de los otros, también se acostumbra a las obsesiones y manías. Y aprendí mucho , una forma de trabajo que en algunos aspectos me organizó, y observándolo muchas veces en relación a los otros, también recordé que hay que dar al César lo que es del César, y tratar de guardar siempre alguna carta en la manga.
Algunos seguramente lo lloraron sinceramente, otros probablemente lo lloraron y luego descorcharon un champagne , el poder ya puede repartirse. Pueden ya los que fueron sus obsecuentes seguidores sentir el piso temblar bajo sus pies, porque los que fueron sus enemigos, ésta vez ganaron y vieron su cadáver pasar por delante de sus puertas. El amor y el odio una vez más se conjuran y bailan juntos, el placer para algunos de verlo reducido a la mayor indefensión, la incertidumbre de otros antes tantas cosas sin terminar, la reflexión de que hacer con nuestras vidas de aquí en más, pensar si valió la pena para él pasar noches sin dormir, peocuparse por muchas cosas que ciertamente no tenían importancia, y dejar de lado otras que todavía nosotros estamos a tiempo de hacer.
Un respeto a su memoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario