viernes, 26 de junio de 2020

viaje a Esquel parte 1

Un viaje discutido durante el año, para visitar a la tia y a la prima de Juan que viven en Esquel, lo pensamos, ir en verano desde Sierra de la Ventana, nuestro lugar en el mundo, utilizando unos días de las vacaciones allí para conocer otros lugares del sur argentino, en auto, o, lo más fácil, ir en avión en las vacaciones de invierno 2020. Esta última opción tiene una buena y una mala, la buena es que no hay que manejar tantas horas hasta allá, y llegás rápido, y la mala, es que una vez allá quedás dependiente de alguien que te lleve a conocer, o a merced de la posibilidad de algún transporte público. Finalmente nos decidimos a mediados de enero, a permanecer 3 días allá, en lo de la tía,  viajando en dos etapas a la ida y en dos etapas a la vuelta, manejando entre los dos. La idea de Juan en este caso, de la que dudé ya que sería nuestra primera travesía tan larga en auto, vista ahora en la distancia temporal, fué fantástica, ya que ahora llevamos dos meses de cuarentena debida al covid19, y quién sabe cuándo volveremos a la vida "normal", cuándo volveremos a viajar a Sierra,a salir a andar en bici, a sentarnos en un parque a ver los patitos, no se... ya se está haciendo difícil, y si esperábamos algo de las vacaciones de invierno, habría sido una gran frustración, ya que para ese momento estaremos aun recluídos en Buenos Aires.  Pero, como dijo un personaje de una película que vi hace poco, "vamos a lo que vamos", y con esto comenzaré a contar el viaje: El plan, y el camino que tomamos fué el siguiente:

Desde Sierra de la Ventanay aprox unas 8 hs hasta llegar a Trelew, donde pasaríamos la noche, y otras 8 desde ahi a Esquel.  Salimos bien tempranito de Sierra , en ayunas, y tomamos mate en una estación de servicio de Bahía Blanca. Este fué , como dije, nuestro primer viaje de más de 8 hs en auto, asi que fuimos cuidadosamente con el gps, que debo decir que nos sirvió bastante, ya que en zonas donde no hay señal el gps del celular, que es más completo, no funciona. 
Un tema no menor que tengo que comentar, es el control fitosanitario. Entre Bahía Blanca y Gral. Conesa,  está el puesto de control, que es esto, no se pueden llevar alimentos frescos al sur, para no ingresar contaminación, ya que la Patagonia es un área protegida de plagas agrícolas. Esto significa, no frutas para el camino, no sanguchito, heladerita vacía, nada de nada, asi que teníamos algo para el mate, que comimos antes de pasar por el control, y el almuerzo, lo tendríamos que comprar, pasado el mismo.  Salimos airosos del tema, debo decir que estaban muy relajados ese día los controladores, ya que miraron si llevábamos algún alimento en el baúl y en la heladerita, pero no hicieron la fumigación del auto, que teníamos prevista. 

La 3ra parada, incluida la del control, fué Gral. Conesa, ya en Río Negro, llegamos al mediodía, no saqué fotos, pero me quedé con ganas ya que me resultó un lindo lugar, un pueblo de lo más chico, aunque tiene hospital, lo que les dá un plus a sus habitantes. Hacía muchísimo calor cuando bajamos del auto, lo dejamos a la sombra de un árbol de la plaza, y emprendimos un camino de 2 cuadras, para comprar tomates, duraznos, bananas, jamón, queso y pan, nuestro almuerzo de viajes y volvimos a la plaza a sentarnos en un banco rojo a comer. Qué placentero el momento en esa plaza, me hizo acordar a la plaza de Saldungaray, por lo extremadamente tranquila, pero a la vez, hay que decir que la mayoría de los pueblos son igual, una plaza y alrededor, iglesia, municipalidad, escuela... no hay mucha imaginación. Parece que hay una playita también, pero no quisimos ir para no perder más tiempo, ya que estaba calculado llegar a Trelew alrededor de las 19 hs.  

El siguiente tramo, fué de Gral. Conesa a Puerto Madryn, donde hicimos una parada turística, conocimos la que estimo es la playa más populosa del lugar, y nos sentamos en una parecita a tomar mate. Estuvo muy lindo, también un rato corto, pero con la idea de volver en distintas épocas del año se pueden ver las ballenas y los pinguinos. Veremos que nos depara el siguiente verano, como dije al principio, el covid19 nos mantiene en incertidumbre acerca de las vacaciones. 

acá vaciando el mate

la playa populosa de madryn, no se el nombre, al fondo el muelle

Al salir de Madryn, y al menos yo, planificando el siguiente viaje, enfilamos a Trelew, que es cerca, donde teníamos una reserva en un lugar sobre la ruta para pasar la noche y luego seguir temprano al día siguiente. Fué realmente una mala elección, a veces la falta de conocimiento del lugar ayuda a seleccionar mal. Eran unas habitaciones con cocina y baño, pequeños monoambientes al borde de la ruta, pensamos que para pasar la noche estaría bien, pero me resultó sucio y muy desagradable el dueño que al darnos las llave intentó cobrarnos aparte las toallas, aunque no lo logró, pero fue un mal comienzo, sumándole que se inundaba la ducha. Algo bueno tuvo el lugar, y fué estar frente al Chubut Shopping Center, un shopping modesto, pero que nos permitió comprar en el supermercado algunas provisiones para el desayuno y el almuerzo del día siguiente, y cenar en el patio de comidas una muy modesta pizza, lindos negocios había para ir con mas tiempo y ver la ropa. 
A la mañana salimos super temprano ya que no daban ganas de quedarse allí,  algo perdidos para encontrar la continuación de la ruta hacia Esquel aun con el gps, pero logramos continuar, parar bastante más adelante a tomar mate y comunicarnos con la prima de Juan, quien nos advirtió que vendría un tramo de ripio, que estaba la ruta en reparación y habría que desviar, y que iba a ser simil "lejano oeste". Efectivamente , un tramo donde tuvimos que ir a muy baja velocidad y atentos, aquí  algunas muestras

Estuvo de todos modos bien el tramo, pero fué largo. Finalmente pasamos por una estación de servicio y puesto del ACA, Los Altares. El lugar es famoso por sus sandwiches de pan casero, compramos uno para compartir y yo le saqué el jamón a mi parte ya que vienen de jamón y queso. Por suerte teníamos provisiones que habíamos comprado en el shopping la noche anterior y almorzamos unos sandwiches de queso sentados en el pasto con otra gente que pasaba por ahí en un micro de tour. El barcito de la estación estaba colmado de gente, y en otros lugares el calor apretaba mucho, asi que lo único que quedaba era tirarse en el pasto a comer. 
Una última parada para cargar agua para el mate fué Tecka, ahi terminamos el largo tramo de la ruta 25 y tomamos la famosa ruta 40, que lleva no solo a Esquel sino a Bariloche y demás centros turísticos argentinos del esquí y la nieve. En la estación de Tecka eran casi todos chilenos, está muy cerca de la cordillera de los Andes y la frontera con Chile. 
El mate fué por primera vez en nuestros viajes un compañero inseparable. En general los viajes más largos que hacemos son desde Buenos Aires a Sierra de la Ventana, donde le ponemos entre 7 y 8 horas, dependiendo de cuantas paradas hagamos para ir al baño, cargar combustible y comer algo. En esos casos el mate puede esperar pero este viaje, nuevo para nosotros, y tan largo, con tramos de calor extremo, nos pedía líquido constantemente y ánimo para seguir manejando. 
A Esquel arrivamos a la tardecita, como para merendar, lo que hicimos en casa de la prima de Juan, que es locutora, y me sorprendí al ver que los locutores siguen siéndolo en su vida particular, ya que estimo no deben poder volver a "la otra voz" con tanta facilidad. Luego, sirviéndonos de guía con su auto delante del nuestro nos llevó a casa de su mamá, adonde nos quedaríamos por 3 días. Nos encontramos entonces en un complejo de casitas para gente mayor de 60 años, muy confortables y diseñadas especialmente para adicionarle si fuera necesario, elementos para discapacidad. Un proyecto interesante, donde los mayores no están viviendo en casa de familiares, mantienen su independencia y se hacen amigos, crean en algunos casos, una nueva familia, donde lo bueno son los intereses comunes y las actividades de la misma generación. Algo muy positivo que no está muy desarrollado en nuestro país. La tía de Juan, como lo esperábamos, intentó darnos de comer como si no tuviésemos fondo, pero por suerte ,ya con nuestra experiencia anterior con familiares en Galicia, hace unos 10 años, pudimos frenar rápidamente, explicando que durante el día iríamos a conocer el lugar y saldríamos con nuestra heladerita y termo , lo comprendió y eso si, para la cena nos reencontrábamos , lo mismo que el desayuno. En la siguiente entrada trataré de resumir los paseos que hicimos en esos días: fuimos a ver la Trochita, Nahuel Pan, y durante dos días al Parque Nacional Los Alerces, que es tan enorme que no alcanza un día para visitarlo.

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