jueves, 4 de octubre de 2012

ciudad salvaje

Hace tiempo que no escribo sobre estos temas, pero cada vez que lo vivo pienso en escribirlo, es simple, bajo del tren en constitución, a la hora en la que la mayoría van a tomar el tren de vuelta, yo llego, tipo 6 de la tarde. Cuando el tren está llegando a la estación una especie de endurecimiento interno me atrapa, nervios como si fuera a rendir un exámen, como si fuera en el bote y se aproximara un barco gigante, siento miedo. Cuando están por abrirse las puertas del tren, ya se ven los que esperan afuera para subir, sin respetar la fila, se agolpan frente a la puerta que aun está cerrada. Endurezco mis brazos lo que puedo, y a cara de perro, cuando se abre la puerta, en el segundésimo desde que se abrió trato de hacerme paso y salir. O no, porque desde adentro es igual, si consigo ser la primera frente a la puerta para bajar, lo logro, me hago fuerte, y logro pasar entre los salvajes que empujan hacia adentro desesperados por conseguir un asiento, a costa de todo, no importa si alguno queda aplastado a su paso, no importa nada en  el momento de avasallar. Si no logro estar frente a la puerta para bajar, y tengo otros adelante, que bajarán primero, ahi es más dificil.

Y lo más terrible es recorrer el andén hasta el hall de la estación, porque corren y pisan y pisan, y escupen y hacen cualquier cosa, sin códigos, sin respeto, ignorando todo lo que hay alrededor.  Es muy difícil de describir lo que siento en esos momentos, pero es una especie de pesadilla, luego cruzar el hall hasta la entrada, al ver la calle, cierto alivio, pero siguen entrando multitudes, todos caminan en mi contra. No puedo más, aunque lo logré una vez más. Logré salir, lo conseguí.

No puedo evitar recordar escenas del Ensayo sobre la Ceguera de Saramago, siempre tengo en mi imaginación esas imágenes de los ciegos moviéndose entre la inmundicia. Y la ceguera contagiosa, como en esta ciudad, que se nos manifiesta en la poesía y en la publicidad de diferentes formas, Buenos Aires me mata, qué te pasa Buenos Aires, ciudad de pobres corazones, que creo que es de Rosario pero es aplicable a BA, mi Buenos Aires querido, en todo estas vos, actitud Buenos Aires, Misteriosa Buenos Aires... ya pensaré más.

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