Ya en Buenos Aires, muy dificil la adaptación a la ciudad. De noche me desperté y pensé que estaba en la cabaña. El viaje de vuelta fué muy bueno, manejé hasta Olavarría , ahí paramos a comer unos sanguchitos que llevamos preparados, y después siguió J. La mayor parte del camino llovió, pero estuvo bien porque el calor de los últimos días fué insoportable.
Hoy intenté volver a la pileta del club de aca a dos cuadras, adonde voy siempre, y vi con bastante desagrado que había un solo andarivel disponible ya que estaba la colonia de vacaciones. Conté unos 70 chicos. Ya averigué en qué horarios están para calcular a qué hora puedo ir a nadar un rato, porque es sumamente incómodo tener tan poco lugar. La llamada pileta libre, cada vez es menos libre, porque van reduciendo el espacio para nadar, creando continuamente nuevas actividades más lucrativas.
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