Mucha gente piensa que hago muchas cosas, yo misma pienso que hago mucho deporte, mucha natación, remo, bici, y con bastante angustia muchas veces pienso por qué no fué a los 20. Cuando comparto éste pensar, me dicen que podría no haber sido nunca, es una gran verdad.
Por qué no fue antes? . Hay varias razones por las que no pudo haber sido, una de ellas, el complejo de ineptitud para la actividad física que me crearon en el colegio, desde la primaria, tema del que hablaré en otra entrada. Otra posible razón fueron los miedos de Yaya, de que me cayera, me golpeara, me resfriara, me ensuciara...y también, en parte debida a su insistencia lindante con el fanatismo, mi afición al estudio, que no dejaba lugar para otra cosa en mi vida.
De todos modos, la razón más importante era mi salud, ya que por las grandes pérdidas menstruales, que año tras año se agudizaban debido a la formación de miomas en el útero, casi nunca podía hacer actividad, por el dolor, la incomodidad y la anemia debida a las pérdidas. A los 39 años me operaron en el hospital de Clínicas. Fue muy difícil porque sumado al miedo que yo tenía, los pre quirúrgicos fueron dolorosos y en las consultas me trataron bastante mal. Los pre quirúrgicos de rutina, tuve la suerte de que me los hiciera Marcos, un médico neumonólogo conocido mio en ese entonces, que trabajaba en otro hospital, y que me sostuvo mucho desde lo afectivo. El mismo me sacaba sangre, ya que yo tenía terror a las agujas, y estaba embarcada en una cirugía . Pero los análisis específicos del útero me los hacían en el Clínicas. Estaba sola y viviendo de las clases particulares. Al cirujano que me operó lo vi una sola vez, casi no me habló ni me explicó nada. Lo único que recuerdo fue que yo le pregunté por qué no me sacaban el útero, ya que no tenía pensado tener hijos, y me dijo que no, porque "después quieren quedar embarazadas y vienen a reclamar, primero dicen que no y después se arrepienten". No era mi caso, nunca pensé en la maternidad como proyecto de vida, pero sentí que metía a todos en la misma bolsa, y además trataba a los pacientes como ignorantes, que nada necesitan saber antes de ir al quirófano. Según me habían dicho, sacarme el útero no permitiría que se me formaran nuevos miomas ya que muerto el perro muerta la rabia, y además reduciría , eso yo no lo sabía en ese entonces, la cantidad de pre quirúrgicos dolorosos. También recuerdo que tardaron en operarme porque los turnos eran espaciados, y tuve que ir a la asistente social para que me cobraran la mitad, porque a pesar de que el hospital de Clínicas estaba casi en ruinas y todo sucio, cobraban bastante las operaciones, por no ser este un hospital municipal. Es un hospital universitario, alli hacen la residencia los médicos, de hecho todos los que me atendieron, salvo el cirujano, eran residentes. Todos supongo fueron buenos en lo académico, pero con nada de tiempo para dedicarme ni hablarme, ni escucharme, y sobre todo, explicarme qué iban a hacerme. Hubo momentos en los que me sentí abusada, con mucha vergüenza, ya que el único día que me vio el cirujano, estaba con pérdidas, y lamentablemente médicos así, que se creen dioses, no tienen la delicadeza, que será eso, de hacer sentir digno al paciente, pidiéndole que vuelva otro día para la revisación. No puedo describir el malestar, el dolor, la impotencia de estar ahí, biombo mediante con otra paciente como yo, entre manchas de sangre, con gente que nos trataba como cosas sin alma y sin ningún respeto por lo que podíamos sufrir. Otro día me hicieron un análisis de sangre, que no sé por qué me lo tenían que hacer ellos y no servían los que me hacía Marcos , y al salir de ahí, aún en ayunas, me mandaron a esperar a otro lado para una revisación, seguía con pérdidas y dolores, estuve hasta el mediodía en ayunas, fui a pedir que me dieran alguna medicación y me dijeron que no tenían, terminé sentada en el piso esperando, ya no tenía fuerza ni para hablar. En fin, esa fue la historia de la operación, en el 2003, no estoy hablando de la antigüedad y sin embargo es indescriptible e inolvidable la imagen de las cucarachas en las paredes del cuartito de las enfermeras, o la gran cucaracha caminando por la pared de mi habitación un par de días después de operada, que me obligó a pararme en la cama con el suero puesto y matarla porque no me podía dormir viendo que se acercaba .
Una parte buena tuvo la operación, que fueron los 5 días que estuve en el hospital internada, ahí me tocaron enfermeras muy buenas, médicos residentes muy amables y lindos y me visitaron varios compañeros de teatro del grupo de Barracas, algunos vinieron varias veces y los últimos días me acompañaban a caminar por el hospital ya que los médicos me obligaron a levantarme, sino no me daban el alta. También estuvieron mucho conmigo dándome ánimo antes de la operación y ayudándome, alguien con quién en ese momento ya había terminado la relación se quedó a dormir en el hospital la primera noche , algunos amigos y compañeros de facultad también estuvieron, no solo visitándome, sino que donaron sangre, me vinieron a buscar para llevarme de vuelta a mi casa el último día y después también me visitaron y brindaron apoyo. Esa fue una parte buenísima después de tanto sufrimiento. Digamos que la parte que el lector siempre espera leer, no estuvo, que podría decir asi: "...y por supuesto, conté con el apoyo de mi familia sin la cual no hubiera logrado nada...", merece alguna sonrisa?...jejeje.
Hace 3 años, ya mi vida había cambiado completamente, estaba con J llena de cariño, trabajo en la escuela, con personajes más que olvidables pero trabajo al fin, con obra social y vacaciones pagas, nuevas amistades, muy pocas debo decir, y mi amiga del colegio. El tema de los miomas, como consecuencia de que el doctor supuso mal acerca de mis deseos de maternidad, volvió, y recrudecido, y las pérdidas fueron cada vez peores y más peligrosa la anemia. Después de bastante tiempo de dudas y miedos, conocí a una ginecóloga cirujana de la obra social, que dió justo en la tecla, ya que comprendió perfectamente como me sentía y que no podía seguir asi, porque peligraba el tema de la anemia, y los miomas aumentaban, las pérdidas eran casi constantes, no tenían fecha, asi que por fin, decidió sacar el útero.
Creo, sin exagerar, que es una de las cosas más importantes que me pasaron en la vida, ahí terminaron las pérdidas, literal y metafóricamente, en una vida con tantas. Fué como nacer otra vez, todo diferente, puedo hacer las cosas que quería desde hacía años, como remar y nadar, sin problemas, puedo disponer de mi tiempo, puedo planificar viajes, puedo pensar y actuar libremente.
Mi vida sin útero es una segunda oportunidad, una reconciliación con mi cuerpo, también una pregunta constante de por qué no fue antes. Pero también como dije al principio, un " por lo menos pudo ser". Es una respuesta, es una opción, una elección de vida que no me dejaron concretar antes, por la única razón de haber nacido mujer y llevar el estigma de la maternidad como una pesadilla en una sociedad necia, machista, donde para la mayoria, la función más importante de una mujer es tener hijos, sin pensar que la única función de cada uno es tratar de estar bien y de ser felices, que no nacemos mujeres para ser vacas reproductoras, sino para ser personas libres de querer o no querer tener hijos. Respeto profundamente a todas las mujeres que desean ser madres, y creo que para muchas, perder el útero es sinónimo de pérdida de femineidad, es sinónimo de discapacidad para procrear. Es verdad, pero depende de lo que uno quiera en la vida. Para quienes lo más importante es procrear, el tema es complejo y difícil, para quienes, a diferencia de estas mujeres, lo más importante es la maternidad, siempre hay una posibilidad aún sin útero, aunque es una pena que estemos tan atrasados en materia de adopción habiendo tantos chicos solos, y para otras a las que no nos interesa ser madres, la pérdida del útero puede ser una forma de liberación, eso fué para mi, y debe ser tan respetable como los casos con connotación negativa. Es un tema difícil de tratar el de la maternidad, algunos me dicen que aborrezco a las madres por lo que hizo la mía, no es así , pero hay madres respetables a las que quiero, y hubo madres respetables como Yaya, que fueron madres aún de los que no fueron sus hijos, y otras que no lo son, que utilizan continuamente a los hijos y al embarazo para lograr beneficios, pero ese no es el tema. El tema es que la supuesta obligación social de la mujer, la de ser madre, está implícito en nuestra partida de nacimiento, ¿ y qué pasa con las demás cosas, con el respeto a los demás derechos de la mujer?. Por qué me hicieron perder tanto tiempo para empezar a disfrutar tantas cosas? Y es demasiado para esta entrada, seguro en otra lo voy a hablar, por ahora tema terminado. Por un rato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario