Me vine en tren a sierra otra vez, me voy el viernes que viene, ya que el tren solo pasa dos dias, los martes y los viernes. El viaje fué bien, aunque no pude dormir casi nada, son casi 12 horas, es mucho tiempo. Escuche casi toda la música que tengo en el celular, y empecé a leer Robinson Crusoe.
En un momento empezó a entrar tierra de afuera por una de las ventilaciones del tren, parecía humo pero después vimos todos que lo que entraban eran panaderos. Pasó un tipo pidiendo disculpas porque estaban arreglando el aire acondicionado. Efectivamente, lo solucionó, ya que funcionó en la 2da mitad del viaje, con un frio bárbaro.
El viaje siempre es pintoresco, los dos vagones pullman, muy bien dentro de lo esperable, los asientos son muy cómodos y tienen mucho lugar para estirar las piernas, aunque están algo venidos abajo. Hay un vendedor único que hace todas sus ventas al comienzo del viaje, después ya no molesta. No es discapacitado ni está pidiendo plata para remedios o para el pan y la leche para sus hijos, eso es lo que me gusta, que trabaja realmente de vendedor en el tren!. Vi que bajó en Olavarría. El tipo viene con un bolso grande y va sacando , primero vendió abanicos, después linternas, después revistas de crucigramas, creo que unos espejitos con sombras para los ojos, no vi bien que era, y finalmente chocolate. Después pasan los vendedores del comedor, vendiendo sanguches y café, y ahi termina la venta. Super tranquilos todos, casi no se los escucha.
Acá todo tranquilo y lindo, no me canso de volver. Estoy parando en un hospedaje, ya lo había contado antes, donde la dueña hace unos desayunos muy ricos.
Y después salir a caminar x el momento, solo eso, y descansar, aca nada más de estar viendo el paisaje y sin ruido, es maravilloso. Ya mañana me organizaré un poco más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario