Acá en la flor azul, el hospedaje donde estoy parando, hay un perrito que viene a comer, y pasa gran parte del tiempo aca. Ahora pasa el tiempo en la puerta de mi cuarto, y hoy me acompañó durante todo todo el dia. En la pile fue un revuelo, porque es como un imán, no puedo evitar que se me pegue, y como en el área de la pile no pueden entrar animales, tenía que quedarse afuera, y no quería, y asi, primero me espero afuera y se metió en un charco de barro, y después se coló por todos los agujeros que encontró en el alambrado para pasar, asi que los muchachos de la pileta no llegaban a tapar alguna de esas entradas clandestinas con bidones, que él buscaba otra, y yo tenía que salir del agua a cada rato, porque conmigo era con la única de salía. Cubiertos todos los baches, finalmente tuvo que esperar afuera, no le quedó más remedio, pero con tantos mimos, que aunque le pusimos un baldecito con agua, ya que el calor fué agobiante, solo tomaba agua de mis manos, increible lo que es el amor!. Lo raro es que no lo alimenté, no viene conmigo para comer, es que simplemente me quiere. Qué raro que suena el cariño sin interés, entre los humanos no se da demasiado. Me siento culpable de viajar el viernes y dejarlo, y también triste porque lo voy a extrañar, y el a mi también. Menos mal que acá le dan de comer, y siempre encontrará algún compañero de travesías. Acá algunas fotos que le saqué, lástima que todas no salieron.
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no salio muy bien, en la puerta de mi cuarto, es un felpudo |
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aca después del baño de barro |
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en la plaza me acompaño al mate |
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por las vias, hoy caminamos muchisimo |
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aca en la calle roca, bordeando la estación |
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